La pornografía cumple los requisitos de las drogas adictivas: hay una recompensa inmediata (masturbación y orgasmo) y se puede repetir cuantas veces se quiera de manera fácil.
Podemos vivir aisladamente y ser cómplices y víctimas de una sociedad altamente competitiva en la cual se esconden trastornos adictivos de los que nos avergonzamos en silencio. Esto debe cambiar