ANA AJMÁTOVA - SELECCIÓN DE POEMAS - leídos por Andrea Butler Tau

Anna Ajmátova (1889-1966), que habiendo podido escapar de la URSS por lo menos en dos ocasiones prefirió quedarse y compartir las pavorosas penalidades de su pueblo, del que se consideraba la voz: “Y si un día sellan mi atormentada boca, / la boca con que gritan cien millones de almas…”. Fue una poeta venerada y una persona de muchísimo carisma, de presencia impresionante, según muchos testigos. La segunda época de su poesía, es la mejor, la más dramática; sobre todo Réquiem y Poema sin héroe, cuyos versos después de recitarlos ante círculos de amigos de toda confianza, quemaba cuidadosamente para no dejar rastro del delito. Por otro lado vienen los poemas de su juventud romántica, ensimismada y traspasada de presagios de un futuro dramático que en efecto se cumplió: su primer marido, Gumiliov, fusilado por orden de Lenin, aunque inmortal por su famosa Jirafa. Eso para empezar. Luego, la liquidación de su amigo Mandelstam y de casi todos los poetas de su generación que no pudieron exiliarse. Su segundo hombre, Nikolái Punin, y su hijo Liev Gumiliov, encarcelados, el chico durante 10 años, sin otro motivo que el de tener garantizado el silencio de la madre. Prohibición de publicar ni un verso y muerte civil hasta después de la muerte de Stalin, que la controlaba personalmente, y si se abstuvo de asesinarla fue solo por el cálculo de que su condición de mujer y su fama harían demasiado escandalosa su ejecución. La fatalidad, después de romper con Punin, de verse obligada a compartir vivienda con él, su primera mujer, su hija y varios parientes –no precisamente en los términos más armoniosos--. Una continuidad de la miseria, el frío, el hambre, las muertes, las pérdidas y privaciones. Y pese a todo eso una de las cosas asombrosas de Ajmátova era su convicción sin flaquear en su propio destino y grandeza colosal. La pieza más famosa de la poesía de Ajmátova es el prólogo a su poema Réquiem, que sin saberlo da la réplica a la cuestión planteada cinco años antes por Adorno sobre la posibilidad, el sentido o la honestidad de escribir poesía después de Auschwitz. En ese prólogo recuerda los 17 meses que pasó esperando a la puerta de la cárcel de Leningrado para ver a su hijo, en una larga cola de mujeres; un día, una de esas mujeres, una desdichada como ella, la reconoció y en susurros le preguntó: “¿Y usted puede dar cuenta de esto?”. Ella le respondió: “Puedo”, y entonces la otra sonrió. ************************************************** Suscribite aquí: ¡Y no te pierdas ninguna audio!, Es GRATIS! Contenido especialmente pensado para discapacitados visuales ************************************************** Si querés enterarte de las novedades de Te Lo Leo, seguime en las redes: FACEBOOK: INSTAGRAM: Contacto comercial: andreabutlerlocutora@ música de Edición y musicalización: Germán Punaro @anaforica (diseño imagen) literatura, poesía, Anna Ajmátova, anna ajmátova poemas, anna ajmatova poesia, anna ajmatova requiem y otros poemas, Audiolibro, Relatos, Literatura, Libros, Cuento, Audiocuento, Audio Cuento, Micro Relato, Voz Humana, Lecturas, Te lo leo, Andrea Butler, Literature, escritores, autores, la literatura
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