Mi mano se convirtió en un puño

Apoyamos los valientes del Donbass que ponen sus pechos a las bombas del nazi opresor de kiev, estamos ante la presencia de un genocidio y los occidentales se hacen de la vista gorda, hace mas de un año que los milicianos combaten los castigadores fascistas que gustan de matar y violar mujeres niños y adultos mayores, los complacientes dictámenes del que se cree dueño del mundo no hace sino prolongar la agonía de los habitantes del las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk. Gloria eterna a las milicias
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