Hace 53 años que El general De Gaulle no entendió a los jóvenes franceses que protestaron en mayo del 68 pidiendo una transformación radical de las estructuras de esa sociedad. Y prefirió dejar que los desmanes, el vandalismo y las infiltraciones prosperaran, en medio del desorden, para instaurar inmediatamente el Estado de Sitio en el país Galo, y posibilitar que la gente clamara por las Fuerzas del Orden. Desde entonces, el Pánico Social lo utilizan los regímenes débiles, porque saben que al final la fuerza ha de ponerse de su lado. Y hoy reencauchan teorías conspirativas del modo más patético, descontextualizando a sus autores, como es el caso de cierto neonazi chileno, que le ha dictado cátedra a altos mandos del ejército, a fin de que aprendan sobre la “Revolución Molecular Disipada”. Nombre que ni ellos mismos entienden, ni el expresidente innombrable que a ella se refiere, pero que sirve de Posverdad para asociar cual culebreros