CUANDO LA PASTA NO BASTA: EL DESIERTO SE COME DUBÁI (y su decadencia debería preocuparnos)

La ciudad de Dubai podría considerarse como un espejismo, un lugar irreal diseñado como un parque temático al estilo occidental, para que los visitantes puedan recorrer una ciudad que no debería existir, creada desde la nada, y en el que la propia visita es algo así como un espejismo en el que no hay nada más que ver salvo las cosas tan grandes que la humanidad puede construir para ser visitadas. Rascacielos, inmensas avenidas, centros comerciales de lujo y urbanizaciones de dudosa utilidad y alto standing que están habitadas a medias donde nadie se queda. LA velocidad a la que se ha construido esta infraestructura, con super hoteles o edificios emblemáticos como el Burj Califa, que básicamente buscaba crear un modelo de economía y sociedad fuera del petrodólar ha supuesto un reto de infraestructuras impresionantes, pero como buen decorado público, la parte de la trastienda y su digestión son los verdaderos problemas de un lugar irreal,
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