Turkmenistán, el país más insólito del mundo

Turkmenistán es uno de los países más herméticos del mundo. Sus índices de democracia y de libertad de prensa se encuentran entre los peores del planeta, en niveles similares a los de Corea del Norte. Su presidente, Gurbanguly Berdimuhamedov, estableció un culto a la personalidad único. Desde que asumió en 2006 está presente en cada lugar público. Asjabad, la capital, se convirtió en una majestuosa ciudad. Tiene el récord por la cantidad de edificios de mármol blanco, que son nada menos que 543. Sin embargo, fuera de toda esa opulencia, se cree que gran parte de la población vive en la pobreza. Berdimuhamedov incluso prohibió hablar de coronavirus, y la liga de fútbol del país no se suspendió el año pasado. Por eso es que el país no se encuentra registrado en las estadísticas oficiales relativas a la pandemia. Las dificultades para ingresar al país hacen que sea muy difícil conocer el increíble Pozo de Darvaza, también conocido como Puerta del Infierno. Se trata de un pozo de casi 70 metros de diámetro
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