Disfruten. Por Alejandro Páez Varela ¬ Video Columna

La derrota de Xóchitl es poca cosa frente a la derrota de los tres partidos históricos que la apoyaron, ¿qué no se da cuenta? Claramente, no. Porque todo se trata de ella. Se pasó meses y meses hablando de sí misma sin aburrirse. Meses y meses con la boca abierta, riéndose, divertida de sus propias ocurrencias, asumiéndose la más inteligente, la más viva, el mejor ejemplo para los niños, la mejor preparada. Hizo un año consecutivo de campaña sin citar a un solo autor, sin hablar de un solo libro, sin poder concretar un sólo proyecto, una sola idea y hablando y hablando mucho, de sí misma, de lo grandioso que es. Reaparece quince días después de que fue humillada en las urnas para decirle a México que ya lo superó. Cuánta ligereza, cuánta mediocridad. Viene a repartir culpas quien no supo armar un proyecto mínimo, medianamente razonable; la que no supo qué era la autocrítica e intentó en
Back to Top