BERGOGLIO CON SU ENSEÑANZA CONDUCE LAS ALMAS AL INFIERNO.

La Iglesia Católica instituida por nuestro Señor Jesucristo, tiene la misión de salvar las almas, principalmente por medio de la predicación del santo Evangelio y por los sagrados sacramentos, en los cuales se comunica la gracia, dando de esta manera al pueblo católico todos los medios necesarios para vivir santamente en la tierra, y alcanzar de esta manera, la salvación eterna de las almas. La autoridad viene de Dios, el Romano Pontífice es la máxima autoridad en la tierra, porque es el Vicario de Cristo, puesto para defender y proteger el Depósito de la fe, para disipar las dudas, para condenar todo lo que atente contra el mensaje de Nuestro Señor por la razón que atenta contra la salud espiritual, sobre todo siendo enérgico en el combate a la herejía por representar una sentencia o doctrina que se opone a la Majestad Divina, viniéndose a materializar una sentencia herética en la condenación eterna de aquellas almas que le den crédito. Analicemos a los 260 Romanos Pontífices hasta el papa Pío XII quienes en su magisterio fueron uniformes, nunca se contradijeron entre ellos, siendo siempre el signo externo de unidad. Independientemente que algunos de los Papas tuvieron defectos humanos, errores morales, debilidades propios de la naturaleza humana, así como otros que sobresalieron por la santidad. El problema es cuando se predica la herejía, siendo algo sumamente grave, porque ese pecado por su misma naturaleza declara al hombre que está fuera de la Iglesia, de manera que no puede ser Papa el que no está en comunión con la Iglesia por el pecado de herejía, no puede ser cabeza el que no es miembro de la Iglesia. ¿Por qué hablar de Bergoglio? porque está en el lugar de Cristo, en el lugar del Vicario de Cristo, y su predicación conduce a muchas almas al infierno en el momento que aceptan por ciertas las doctrinas expresadas en comentarios, palabras, acciones que autorizan el pecado, que su proceder constata lo que nos advirtió en las Sagradas Escrituras referente al hombre de pecado puesto en el lugar de Dios, dando a entender que es Dios, y obrando contra Dios. Todo católico que profesa amor a Dios nuestro Señor debe tener bastante claro que Bergoglio no es dueño de la Iglesia, que no está por encima del Evangelio, no tiene potestad para alterar los sacramentos, puesto que hay reglas y mandatos establecidos por nuestro Divino Redentor. Mi correo es: hernanvergara251@
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