¿SON NEONAZIS NUESTROS GRUPOS POLÍTICOS?

¿SON NEONAZIS NUESTROS GRUPOS POLÍTICOS? 1. Los grupos políticos “oficialistas” de nuestro entorno, ya se llamen a sí mismos como izquierda, derecha o centro, desarrollan o impulsan estrategias socioculturales de clara inspiración neonazi, con finalidades últimas de reducción y control de la población, en claro seguidismo de las élites corporativas que controlan Occidente desde hace décadas. 2. La complicidad estratégica de nuestros grupos políticos se evidencia, por ejemplo, en la evidente pasividad frente a 50 años de hundimiento de la natalidad, frente a las décadas de explotación laboral masiva de las mujeres primero y de los inmigrantes después, frente a las dinámicas antinatalistas, etc. 3. Por supuesto, en la sumisión a estas estrategias neonazis puede haber un cierto componente de “realismo político” o, más bien, de “realismo electoral”. Los grupos políticos piensan que, para tener buenos resultados electorales, necesitan incorporar en sus programas lo que aparentan ser nuevas tendencias sociales aunque, en realidad, son estrategias corporativas de manipulación y control social. De esta forma, van adaptándose de forma continua a lo que se considera políticamente correcto, de forma que su ideario inicial se va diluyendo progresivamente en una amalgama de estrategias corporativas de inspiración neonazi. 4. Como consecuencia de este proceso, los grupos políticos se parecen cada vez más entre ellos. En teoría de izquierda, derecha o centro, pero todos ellos son, de hecho, neoliberales en lo económico, atlantistas y globalistas en lo geopolítico, y todos ellos incorporan las ideas más absurdas o destructivas del posmofeminismo, del catastrofismo climático, de la manipulación de las minorías sexuales o de los procesos migratorios. Se diferencian en todo lo demás, que es cada vez menos, aunque sea necesario para sostener su diferenciación electoral y sus permanentes ataques mutuos en los medios de comunicación. 5. Como consecuencia de todo ello, de forma racional o meramente intuitiva, los cuadros políticos acaban pensando que, por muy destructivo y disparatado que sea el contexto de lo “políticamente correcto”, no hay más remedio que someterse al mismo si no queremos quedarnos fuera del juego electoral. Un razonamiento que aparenta ser lógico en las etapas iniciales pero que va convirtiéndose en algo cada vez más absurdo, hasta distorsionar radicalmente la esencia y los verdaderos objetivos de los grupos políticos. 6. Por desconocimiento o por el indicado tacticismo electoral, podemos entender que hay muchos votantes, afiliados y cuadros de nuestros grupos políticos que no son realmente conscientes de estar trabajando o posicionándose al servicio de estrategias corporativas de carácter neonazi. 7. Sin embargo, esta posible inocencia es más difícilmente creíble en los cuadros de alto nivel con una cierta capacidad de interpretación estratégica o geopolítica. Sabemos que, en todo Occidente, los líderes políticos son sometidos a los intereses corporativos a través de incentivos, amenazas, chantajes e incluso redes de tráfico sexual. Lo que sucede en el conjunto de Occidente puede suceder también en nuestro entorno, por supuesto. Y que personas con responsabilidades estratégicas no se den cuenta del desastre histórico al que nos están llevando estas políticas de inspiración neonazi no es fácil de entender. No obstante, es una cuestión a gestionar con la máxima prudencia antes de imputar responsabilidades concretas a determinadas personas o grupos. Éste es un documento elaborado por EKAI Center dentro del Proyecto GOGOZ, siguiendo la metodología de consenso HURBIL. Gracias por tu interés. Sigue con nosotros. PDF:
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